No puedo simplemente

sonreírte sin sentirme imbécil.
mirarte a los ojos y no creerme indigna de ti.
evitar notar la conexión entre nosotros.
rozarte, y ya no digamos bailar contigo, sin ponerme tensa.
pensar que en realidad me amas.
finjir carcajadas cuando estoy gritando por dentro.
dormir acurrucada junto a ti.
mirarlos sin levantar sospechas.
perderme en tus labios como tanto deseo.
cogerte de la mano sin que me miren con aire acusador.
aparentar inocencia cuando lo que siento es pasión.
encerrar mi alma en un caja, con la esperanza de que decidas pedirme la llave.
abrazarte como si fueras mío.
negar que te quiero
decírtelo tantas veces como me gustaría.