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Eres especial, ¿sabes? Demasiado bueno para el resto del mundo, admítelo. No he tenido tiempo de observarte tanto como acostumbro a hacer, pero no me ha hecho falta, con una simple ojeada he visto lo que eres. Y me ha encantado.
Tú y esa sonrisa de complicidad que eres capaz de compartir con todos.
Esos ojos azules, fríos como el hielo, que se vuelven más cálidos que la madera ardiendo cuando la miras.
Y esa...bondad arrebatadora que no puedes dejar de emanar, acompañada de un corazón que no te cabe en el pecho.
Me cuesta concebir tantísima buena fe y tantísimo cariño concentrados en una sola alma.
No podría expresarte jamás con palabras lo importante que estás siendo para mi, lo maravilloso que eres, ni lo afortunada que me siento de haberte conocido. Solo puedo afirmar, con toda mi convicción que eres una de esas grandes personas que enriquecen la vida de cuantos tienen a su alrededor.