viernes, 8 de agosto de 2008

All this time...

“All this time I have never forgotten you still miss your kisses even if what I say is insignificant to you…”
Recibió ese sms un año después de todo lo acontecido en Canadá. Y se quedó estupefacta. No es para menos, se dijo al comprobar su propio estado. Yo le quería, y mucho, pero supe mantener los pies en la tierra, una relación no puede mantenerse si uno vive en Europa y el otro en América. Reconozco que quizá yo tuve la culpa, al fin y al cabo, yo era la parte madura…de acuerdo, solo le sacaba un año pero aun así yo era la más sensata. ¡Dios mío! Y pensar que el quería que estuviéramos juntos, pero ¿en qué cabeza cabe eso? Me dije a mi misma, y también a él, que acabaría por olvidarse de mí y se enamoraría de otra persona, que al menos viviera en su país. Pero por lo visto estaba equivocada…
Ahora me surgen miles de preguntas ¿le sigo queriendo? ¿Realmente él me quiere? ¿Es una broma? ¿Lo tengo tan olvidado como había pensado? ¿Son posibles las relaciones a distancia, siendo tan jóvenes como somos?
Todas estas preguntas rondaban, o al menos eso creo, por su cabeza. Yo, como amiga suya me hacía mis propias preguntas ¿estarán destinados a estar juntos? ¿Si llegaran a estarlo, se olvidaría ella de mí? No me voy en engañar a mi misma, estaba celosa. Tenía envidia, ella siempre fue y, supongo que será, lo que yo siempre quise ser. Y no parecía compartir mi mala suerte en asuntos de amores. No es que mi experiencia haya sido horrible…pero me hicieron mucho daño en el pasado y desde entonces no sé, da la sensación de que tengo miedo al amor y que, cuando alguien intenta quererme, lo aparto de mi lado con la finalidad de protegerme a mi misma, llegando a decir, incluso, cosas que no siento, por ejemplo, que la persona a la que tanto quiero y de la que estoy enamorada no me importa. Es obvio que me equivoco al comportarme así pero nadie, o al menos casi nadie, me ha dado nunca muestras de un amor tan sincero como para que deje de lado mi hiriente comportamiento.
Pero volvamos al pasado, que es lo que nos ocupa ahora…
Andaba yo divagando en mis absurdos pensamientos cuando recibí la copia del sms en mi propio móvil. Qué gran invento, por cierto. En el pasado le escribías una carta a tu amado, que estaba en la otra punta del país y sabías que tendrías que esperar cerca de un mes para su respuesta, eso si no se había extraviado tu carta, o la suya. Eso te permitía un mes de ensoñaciones y esperanzas. E incluso mas, por que si la carta no llegaba mantenías la ilusión de que se hubiese perdido. Ahora le escribes un sms o un e-mail y sabes que en menos de un minuto lo habrá leído y asimilado. Lo cual te permite desesperarte si no contesta por que sabes a ciencia cierta que es IMPOSIBLE que se haya perdido. Si, un gran invento. Como iba diciendo, el sms me sorprendió tanto el sms como su autor, ¿acaso él no había sido capaz de olvidar?
No lo sé, ciertamente era un comportamiento muy extraño.
Esta noche recibiré la llamada de mi amiga contandome los nuevos acontecimientos. yo, por lo menos, no quiero perderme en qué desemboca todo esto.

1 comentario:

Anónimo dijo...

¡Ah! Me olvidé antes; también a mi me encanta Audrey; de mayor quiero ser como ella.

Besitos